La nieve tiene enormes beneficios en el monte, ya sabemos eso de año de nieves, año de bienes. Pero al igual que sucede con el arbolado urbano, tiene un inconveniente: la rotura de ramas y árboles enteros.
Esto es especialmente notorio en las masa forestales de menor altitud donde las nevadas tienen periodos de recurrencia mayores y las grandes acumulaciones de nieve causan daños aún mayores.
En 2021 hemos tenido combo especial, un episodio de nieve mítico seguido de un episodio de viento fuerte, lo que hace que en algunas masas los daños sean severos.

Este verano, toda esa vegetación seca añade un plus de complejidad ante un posible incendio. No es nada nuevo, esto ha ocurrido regularmente, pero una nevada de dimensiones épicas como la que hemos tenido afectará de forma extensiva a nuestras masas.
La solución, una vez más, está en la selvicultura.