El inicio de la campaña de incendios forestales coincide con el inicio de la campaña de cosechado del cereal y ambas actividades están relacionadas. Los incendios por cosechadoras y empacadoras son la causa de incendio más recurrente en junio y julio.
La labor del cosechado es vital. La necesitamos. Pero las máquinas cosechadoras trabajan con material muy fino y seco, la paja. Si le sumamos las condiciones de temperatura y sequedad de los días de principio de verano, los ingredientes para el incendio están servidos.

Los incendios agrícolas son siempre difíciles de extinguir, las llamas avanzan por el cereal seco sin cosechar con intensidad y velocidad. Aquí es donde la labor de los agricultores con sus tractores es imprescindible para atajarlos.
En los años más secos, el incendio agrícola pasa fácilmente al monte y el problema se multiplica con el agravante de que éstos incendios siempre se producen en las horas más críticas del día, cuando el calor aprieta.

A día de hoy, es factible identificar esos días del verano donde un incendio agrícola puede transformase en un gran incendio forestal. Urge, por tanto, regular el cosechado en las horas centrales del día para evitar que esta actividad necesaria se transforme en un incendio forestal innecesario.