Foto de portada: Abián San Gil para elDiario.es
Las imágenes que llegan de la erupción volcánica de La Palma son impresionantes. No dejan lugar a duda de que es una fuerza de la naturaleza imparable, un río de lava ante el cual sólo queda pararse a contemplarlo y tratar de minimizar los daños que vaya provocando.
La comparación con incendios forestales es inevitable. La gente debe concienciarse de que los incendios forestales extremos son como volcanes en erupción. La acción de los bomberos forestales y los medios aéreos es vana ante semejantes colosos. No hay forma humana de apagarlos, salvo esperar que cambien las condiciones.
