Se publicó a principios de abril y desde entonces es la comidilla de cualquier reunión del mundo forestal. ¿Has visto la nueva Ley 7/2022 de residuos?¿qué vais a hacer vosotros con el artículo 27.3?

Un artículo que ha caído como una losa de incomprensión y sinsentido para los que, ahora, tenemos que dar la cara y explicárselo a la gente del campo. Ya nos estamos imaginando las conversaciones: …¿Y dice usted que ahora no puedo quemar los cuatro vestugos de olivo que acabo de podar?¿que necesito una autorización?
Pocas veces los profesionales agrarios nos hemos sentido tan incomprendidos por el poder legislativo. Por mucho que sea transponer la legislación europea, no deja de ser una ley de residuos más alejada de la realidad agraria que nunca. Todo un despropósito hecho por quien no entiende el mundo más allá de la gran ciudad.
Y ahí te las compongas tú ahora, amigo. El mundo rural se enfrenta a diario a demasiados normas que no entiende, complicaciones para lo que siempre fue sencillo y natural. Pues otra piedra en el camino más, suma y sigue. ¿Es lógico poner los restos vegetales al mismo nivel que las bolsas de plástico o los envases?